martes, 20 de febrero de 2007

Introducción

Por Marcos Maldonado Aguirre

El libro de los Salmos es el más temprano recurso de alabanzas del pueblo cristiano primitivo. El apóstol Pablo, exhotaba a los cristianos de su época, en sus cartas, a cantar "...con salmos, himnos y cánticos espirituales" (Efesios 5:19; Colosenses 3:16). Aunque no se tienen registros de aquellos primeros cánticos cristianos, es indudable que estaban muy relacionados con la salmodia hebraica, y con cierta influencia griega y romana. Con el desarrollo del cristianismo, el canto vino a ocupar un importante lugar entre las primeras congregaciones y se llegó a afirmar que solamente las voces humanas eran el único instrumento digno para alabar a Dios.